domingo, 28 de junio de 2009

Con fiebre y todo...

Vengo a media máquina hoy. El cuerpo no acompaña, pero la cabeza sí...por eso es que decidí escribir.

Ya son varias las veces que me pregunto sobre el rol de la Iglesia como un actor social. Lástima que no me desiluciono: ya se la respuesta. La intervención es mínima. Es como que no logran entender que el cristianismo se basa en el amor al otro.

Me preocupa esa poca intervención. Pero más me preocupa que, siendo consciente de eso, no se decide a cambiar. Entonces mira al cielo, esperando señales milagrosas y el Apocalipsis mientras la gente en las calles sufre.

No es necesario que se les predique, que se los "convierta" (que palabra fea!!!)...tan solo unas palabras de comprensión, una comida, una palabra de aliento, tan simple como eso. Pero es demasiado pedir.


La generalidad de la Iglesia se pone en posiciones completamente extrañas a la luz de los preceptos cristianos. Es maravilloso escucharlos hablar contra movimientos popualares en el gobierno. Es como si la derecha hubiera colonizado las comunidades de Fe, no solo la generalidad de las distintas sociedades.


Los posicionamientos ideológicos SIEMPRE SIEMPRE se ubican en contra de todo aquello que pudiese beneficiar a los débiles de la sociedad. El problema es que, repito, la base del cristianismo es la defensa del débil. Los representantes de la estructura se ubican a la derecha ( de la pared) , y defienden a aquellos que tienen poder adquisitivo, a los poderosos, a aquellos de quienes depende el destino de los débiles.

En palabras de José Miguez Bonino, teólogo latinoamericano:

"
"...en America Latina, la lucha por la vida es lucha contra la violencia. Es importante decirlo asi porque la propaganda de "los dueños de la violencia" (economica, militar, policial, politica) se dedica al juego perverso de adjudicar la violencia a quiene, en un continente signado por la muerte, se esfuerzan por crear un espacio para la vida. Al punto que la imágen de la violencia
quede asociada con la figura del delincuente, de la manifestación popular, del grupo de desesperados que saquea un supermercado, de la patota de las canchas de fútbol o de la organización guerrillera. Y no de los verdaderos causantes de de la inmensa proporción de las muertes violentas de nuestro continente: los que lanzan a la miseria a las grandes mayorías (que luego roban pan), los que condenan a la marginación a millones de jóvenes (y luego se rasgan las vestiduras porque estos se hacen delincuentes o drogadictos), los que desatan la represión, la tortura, el secuestro y el terror contra todo el que estorbe (y se escandalizan del terrorismo de algunos desesperados o confusos o de las organizaciones del pueblo que finalmente deciden resistir por las armas).
El verdadero creyente no puede dejarse manejar con slogans o ceder al "terrorismo verbal" de la propaganda. La violencia es una realidad omnipresente en nuestro continente y requiere de la comunidad cristiana una reflexión apasionada pero serena: ni pacifismo selectivo ni exaltación de la lucha como condición natural e inevitable de la vida humana."


Es difícil agregar algo más después de esta cita. Porque el centro de esta entrada es la misma.

Paz y bien. Con una gran indignación por el resultado de los comicios electivos en el país (porque la derecha ganó, apoyada por la Iglesia nuevamente), con una gran bronca por la toma del poder popular en Honduras....con un gran deseo de, en palabras de Silvio Rodriguez:

Hasta allí me seguió, como una sombra,
el rosto del que ya no se veia,
y en el oído me susurró la muerte
que ya aparecería.
Allí yo tuve un odio, una vergüenza:
niños mendigos de la madrugada,
y el deseo de cambiar cada cuerda
por un saco de balas.

PAZ Y BIEN, QUE LO NECESITAMOS.

4 comentarios:

Chioda dijo...

El resultado de las elecciones se veía venir desde hace un año ya. Espero que el 2do puesto de Pino pueda contener a los amigos del capital.

En la semana mando mail por el tema NOA.

Caroli dijo...

Ciertamente la Iglesia no se aclara mucho, quiero decir que se supone que deben cuidar de los débiles y los pobres, sin embargo, parecen preferir a la gente pudiente sin apuros económicos.
Un saludo,

*Lisa*

Daniel Espinoza dijo...

Hemos querido acoger el servicio de la consolación, como recuerda San Pablo a las primeras comunidades en sus viajes apostólicos. De hecho su misión se identifica con la consolación de Dios a su pueblo, sintiéndose portador de un consuelo profundo que él proyecta en su ministerio. A imitación de María cada uno de nosotros debe mostrarse como el lugar de la consolación de Dios.

Los saludo de todo corazón y los invito a que visiten este sitio en la web: "Sed Consolación Jóvenes Misioneros", url: http://sedconsolacion.blogspot.com, para que juntos llevemos la consolación de Dios a todos los pueblos.

Muy buenos articulos cuidate.

Fray Marcos dijo...

Chioda: gracias por estar...no me esperaba la derrota sinceramente, por un momento pensé que el oficialismo ganaba. Pero bueno, así son las cosas y este es un país corrido a la derecha.

Esperemos que Pino los contenga.

Un abrazo.


Lisa: si...el tema es que los integrantes de la Iglesia deberíamos posicionarnos en contra de esto. Ahora bien, yo creo realmente (y repito como lo dije una vez) que el cambio social va a aparecer por fuera de las estructuras. Entonces es la sociedad tambien la que debe posicionarse al respecto.

Un abrazo y un beso.

SC: Bienvenido. Me gusto tu blog, te espero seguido.

Un abrazo.

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