Agua y aceite.

Volvemos a los temas cristianos, para encasillarlos en algún lugar, ya que las cosas indefinidas nunca me gustaron.
El texto a continuación es no negociable, y me hago cargo de las críticas y acusaciones futuras que pueda generar, como fundamentalista, cerrado, obtuso, cuadrado, y demás (basta de dar ideas!).
Así que espero sus comentarios. Desde ya, y como siempre, gracias por leerme. Y gracias a Lucas, que me dio la idea para el título.


Alguna vez fui un adolescente (algunos dicen que todavía lo soy). Y como todo adolescente, uno de mis intereses eran las chicas.
Como crecí en una familia cristiana, me enseñaron desde niño el tema del yugo desigual y demás. Para los que no sepan de que hablo: la idea es, basicamente, no formar noviazgo con una persona que no comparta la fe, aunque algunos lo llevan al extremo de no formar directamente sociedad con personas que no sean cristianas. En fin, el caso es que siempre que me gustaba una chica, ella estaba detrás de uno que no era cristiano, y por lo general (y no para darme aires de grandeza) era peor que yo. Es decir, peor persona, peor deportista (y eso que yo soy malo jugando al futbol), con pésimo gusto musical (casi no escuchaba musica, por ejemplo), etc etc etc.

Imagine que eso se iba a terminar, que era una etapa natural en todas las chicas de la iglesia, pero me di cuenta de que no. Hoy, a mis 21 años, me doy cuenta de que no. Es cada vez más común formar parejas mixtas, con uno de adentro y uno de afuera de la iglesia. Y por lo general son chicas las que buscan fuera de la iglesia. La pregunta es ¿por qué?.

El problema es aun mayor que esto. Porque además espiritualizan el tema, en busca de justificación a esta conducta (algo que en realidad hacemos todos en todas las cosas tambien). Por ejemplo, es muy común (de hecho ya me lo dijo un amigo que estaba en este baile hace mas o menos un año) escuchar: "Es el plan de Dios, ya que sino, ¿de que otra forma podría yo habre conocido a Dios?"
Dudo mucho que los planes de Dios empiezen con el pie izquierdo (es una forma de decir). Es casi improbable que los planes de Dios empiezen contrario a la voluntad suya, de eso no hay dudas. Porque justamente, es un pilar la obediencia para llevar a cabo su plan para cada uno de nosotros. Que las cosas que hacemos mal, en su gracia, salgan bien porque él nos protege, es otro tema. Pero eso no significa que su voluntad sea que hagamos al cosas al revés de como sabemos que deben hacerse o que podemos hacerlas sin preocuparnos de los resultados de nuestros actos.

La pregunta es ¿por qué insisten (mos) en esta actitud? Y la verdad, no tengo ni la más palida idea. Pero esto me hizo reflexionar bastante.