viernes, 30 de octubre de 2009

Un poco de irreverencia

Para reírse un fin de semana...



lunes, 26 de octubre de 2009

Dedicado a Atenea


Les dejo un cuento de Julio Cortazar, reconocido autor belga-franco-argentino. Dedicado a Atenea, ya que le recomende este autor hará cosa de un mes.








El frío complica siempre las cosas, en verano se está tan cerca del mundo, tan piel contra piel, pero ahora a las seis y media su mujer lo espera en una tienda para elegir un regalo de casamiento, ya es tarde y se da cuenta de que hace fresco, hay que ponerse el pulóver azul, cualquier cosa que vaya bien con el traje gris, el otoño es un ponerse y sacarse pulóveres, irse encerrando, alejando. Sin ganas silba un tango mientras se aparta de la ventana abierta, busca el pulóver en el armario y empieza a ponérselo delante del espejo. No es fácil, a lo mejor por culpa de la camisa que se adhiere a la lana del pulóver, pero le cuesta hacer pasar el brazo, poco a poco va avanzando la mano hasta que al fin asoma un dedo fuera del puño de lana azul, pero a la luz del atardecer el dedo tiene un aire como de arrugado y metido para adentro, con una uña negra terminada en punta. De un tirón se arranca la manga del pulóver y se mira la mano como si no fuese suya, pero ahora que está fuera del pulóver se ve que es su mano de siempre y él la deja caer al extremo del brazo flojo y se le ocurre que lo mejor será meter el otro brazo en la otra manga a ver si así resulta más sencillo. Parecería que no lo es porque apenas la lana del pulóver se ha pegado otra vez a la tela de la camisa, la falta de costumbre de empezar por la otra manga dificulta todavía más la operación, y aunque se ha puesto a silbar de nuevo para distraerse siente que la mano avanza apenas y que sin alguna maniobra complementaria no conseguirá hacerla llegar nunca a la salida. Mejor todo al mismo tiempo, agachar la cabeza para calzarla a la altura del cuello del pulóver a la vez que mete el brazo libre en la otra manga enderezándola y tirando simultáneamente con los dos brazos y el cuello. En la repentina penumbra azul que lo envuelve parece absurdo seguir silbando, empieza a sentir como un calor en la cara aunque parte de la cabeza ya debería estar afuera, pero la frente y toda la cara siguen cubiertas y las manos andan apenas por la mitad de las mangas. por más que tira nada sale afuera y ahora se le ocurre pensar que a lo mejor se ha equivocado en esa especie de cólera irónica con que reanudó la tarea, y que ha hecho la tonteria de meter la cabeza en una de las mangas y una mano en el cuello del pulóver. Si fuese así su mano tendria que salir fácilmente pero aunque tira con todas sus fuerzas no logra hacer avanzar ninguna de las dos manos aunque en cambio parecería que la cabeza está a punto de abrirse paso porque la lana azul le aprieta ahora con una fuerza casi irritante la nariz y la boca, lo sofoca más de lo que hubiera podido imaginarse, obligándolo a respirar profundamente mientras la lana se va humedeciendo contra la boca, probablemente desteñirá y le manchará la cara de azul. Por suerte en ese mismo momento su mano derecha asoma al aire al frío de afuera, por lo menos ya hay una afuera aunque la otra siga apresada en la manga, quizá era cierto que su mano derecha estaba metida en el cuello del pulóver por eso lo que él creía el cuello le está apretando de esa manera la cara sofocándolo cada vez más, y en cambio la mano ha podido salir fácilmente. De todos modos y para estar seguro lo único que puede hacer es seguir abriéndose paso respirando a fondo y dejando escapar el aire poco a poco, aunque sea absurdo porque nada le impide respirar perfectamente salvo que el aire que traga está mezclado con pelusas de lana del cuello o de la manga del pulóver, y además hay el gusto del pulóver, ese gusto azul de la lana que le debe estar manchando la cara ahora que la humedad del aliento se mezcla cada vez más con la lana, y aunque no puede verlo porque si abre los ojos las pestañas tropiezan dolorosamente con la lana, está seguro de que el azul le va envolviendo la boca mojada, los agujeros de la nariz, le gana las mejillas, y todo eso lo va llenando de ansiedad y quisiera terminar de ponerse de una vez el pulóver sin contar que debe ser tarde y su mujer estará impacientándose en la puerta de la tienda. Se dice que lo más sensato es concentrar la atención en su mano derecha, porque esa mano por fuera del pulóver está en contacto con el aire frío de la habitación es como un anuncio de que ya falta poco y además puede ayudarlo, ir subiendo por la espalda hasta aferrar el borde inferior del pulóver con ese movimiento clásico que ayuda a ponerse cualquier pulóver tirando enérgicamente hacia abajo. Lo malo es que aunque la mano palpa la espalda buscando el borde de lana, parecería que el pulóver ha quedado completamente arrollado cerca del cuello y lo único que encuentra la mano es la camisa cada vez más arrugada y hasta salida en parte del pantalón, y de poco sirve traer la mano y querer tirar de la delantera del pulóver porque sobre el pecho no se siente más que la camisa, el pulóver debe haber pasado apenas por los hombros y estará ahi arrollado y tenso como si él tuviera los hombros demasiado anchos para ese pulóver lo que en definitiva prueba que realmente se ha equivocado y ha metido una mano en el cuello y la otra en una manga, con lo cual la distancia que va del cuello a una de las mangas es exactamente la mitad de la que va de una manga a otra, y eso explica que él tenga la cabeza un poco ladeada a la izquierda, del lado donde la mano sigue prisionera en la manga, si es la manga, y que en cambio su mano derecha que ya está afuera se mueva con toda libertad en el aire aunque no consiga hacer bajar el pulóver que sigue como arrollado en lo alto de su cuerpo. Irónicamente se le ocurre que si hubiera una silla cerca podría descansar y respirar mejor hasta ponerse del todo el pulóver, pero ha perdido la orientación después de haber girado tantas veces con esa especie de gimnasia eufórica que inicia siempre la colocación de una prenda de ropa y que tiene algo de paso de baile disimulado, que nadie puede reprochar porque responde a una finalidad utilitaria y no a culpables tendencias coreográficas. En el fondo la verdadera solución sería sacarse el pulóver puesto que no ha podido ponérselo, y comprobar la entrada correcta de cada mano en las mangas y de la cabeza en el cuello, pero la mano derecha desordenadamente sigue yendo y viniendo como si ya fuera ridiculo renunciar a esa altura de las cosas, y en algún momento hasta obedece y sube a la altura de la cabeza y tira hacia arriba sin que él comprenda a tiempo que el pulóver se le ha pegado en la cara con esa gomosidad húmeda del aliento mezclado con el azul de la lana, y cuando la mano tira hacia arriba es un dolor como si le desgarraran las orejas y quisieran arrancarle las pestañas. Entonces más despacio, entonces hay que utilizar la mano metida en la manga izquierda, si es la manga y no el cuello, y para eso con la mano derecha ayudar a la mano izquierda para que pueda avanzar por la manga o retroceder y zafarse, aunque es casi imposible coordinar los movimientos de las dos manos, como si la mano izqulerda fuese una rata metida en una jaula y desde afuera otra rata quisiera ayudarla a escaparse, a menos que en vez de ayudarla la esté mordiendo porque de golpe le duele la mano prisionera y a la vez la otra mano se hinca con todas sus fuerzas en eso que debe ser su mano y que le duele, le duele a tal punto que renuncia a quitarse el pulóver, prefiere intentar un último esfuerzo para sacar la cabeza fuera del cuello y la rata izquierda fuera de la jaula y lo intenta luchando con todo el cuerpo, echándose hacia adelante y hacia atrás, girando en medio de la habitación, si es que está en el medio porque ahora alcanza a pensar que la ventana ha quedado abierta y que es peligroso seguir girando a ciegas, prefiere detenerse aunque su mano derecha siga yendo y viniendo sin ocuparse del pulóver, sunque su mano izquierda le duela cads vez más como si tuviera los dedos mordidos o quemados, y sin embargo esa mano le obedece, contrayendo poco a poco los dedos lacerados alcanza a aferrar a través de la manga el borde del pulóver arrollado en el hombro, tira hacia abajo casi sin fuerza, le duele demasiado y haría falta que la mano derecha ayudara en vez de trepar o bajar inútilmente por las piernas en vez de pellizcarle el muslo como lo está haciendo, arañándolo y pellizcándolo a través de la ropa sin que pueda impedírselo porque toda su voluntad acaba en la mano izquierda, quizá ha caído de rodillas y se siente como colgado de la mano izquierda que tira una vez más del pulóver y de golpe es el frío en las cejas y en la frente, en los ojos, absurdamente no quiere abrir los ojos pero sabe que ha salido fuera, esa materia fria, esa delicia es el aire libre, y no quiere abrir los ojos y espera un segundo, dos segundos, se deja vivir en un tiempo frío y diferente, el tiempo de fuera del pulóver, está de rodillas y es hermoso estar así hasta que poco a poco agradecidamente entreabre los ojos libres de la baba azul de la lana de adentro, entreabre los ojos y ve las cinco uñas negras suspendidas apuntando a sus ojos, vibrando en el aire antes de saltar contra sus ojos, y tiene el tiempo de bajar los párpados y echarse atrás cubriéndose con la mano izquierda que es su mano, que es todo lo que le queda para que lo defienda desde dentro de la manga, para que tire hacia arriba el cuello del pulóver y la baba azul le envuelva otra vez la cara mientras se endereza para huir a otra parte, para llegar por fin a alguna parte sin mano y sin pulóver, donde solamente haya un aire fragoroso que lo envuelva y lo acompañe y lo acaricie y doce pisos.


Paz y bien.

viernes, 23 de octubre de 2009

"Unite a mi vision retorcida del mundo..."

"-Todos los seres humanos somos hipócritas, no hay ni uno que se salve.

-No es tan así. No comparto lo que decís.

-¿Hacemos una prueba? Mirá, hagamos tres preguntas. A este le vamos a preguntar que opina de los espartanos (que mataban a sus niños si no eran perfectos) y te va a decir que era otra cultura porque él si piensa eso. Ahora, a la de atrás le vamos a preguntar si tenfría un hijo débil mental...vas a ver que te contesta que si pero miente. Y a la de allá le vamos a preguntar si está bien que Evo Morales sea presidente de Bolivia, aunque sea indígena. Va a decir que sí, pero también miente. ¿Te parece?


-Dale.


-¿Qué pensás de los Espartanos? Viste que si sus hijos...

-Si, vi 300. Si sus hijos no eran perfectos, los mataban. No soy quién para juzgar, es otra sociedad.

-Disculpame, estamos haciendo una encuesta por una apuesta que hicimos...decime, ¿tendrías un hijo débil mental?


-¿Deseado?


-No importa. Es un hijo débil mental.


-MMM....supongo que sí. Sí, lo tendría pero...sí, lo tendría (miente...sino no hubiera dicho "pero" ni tampoco preguntado si era deseado).

-Gracias.

-Hola, ¿todo bien? Te hago una consulta, es por una encuesta que estamos haciendo...¿qué pensás de Evo Morales? Viste que es indígena y cocalero.


-Está bien que sea presidente.


-Y es cocalero...

-Si ellos no tienen una ley...para mí está mal (miente...dice lo que está bien decir).

-Gracias."

Así terminó la encuesta realizada el miércoles en una clase de la facultad. Debería haber apostado una Coca Cola, ya que la chica no podía creer que hubiera acertado lo que me iban a contestar. Es una chica buena, muy positiva, que contrasta conmigo por mi visión retorcida del mundo (la cual disfruto). De a poco la voy convirtiendo.

La conversación cerró con un enojo de parte de ella (medio en broma, medio en serio), ya que le tiraba todas sus ideas abajo. Yo le contesté que lo que la debe frustrar más es que encima de que le tiro la estantería abajo, tengo razón. Entre risas me dijo que sí.

Todos los seres humanos son hipócritas y fascistas en potencia. Lo que nos diferencia es si le damos espacio o si no lo hacemos. Es una versión cruda de la realidad, pero los resultados están a la vista. Cualquiera puede comprobarlo en su zona de desenvolvimiento.

Paz y bien.

viernes, 16 de octubre de 2009

UyuyuyyuyuyuyUYUYUYUYUYUYUY!!!!!

Viernes (o sea, hoy). Vence la tarjeta, y hay que ir a pagarla en el banco. En una entrada anterior dije cuanto odiaba esperar en el banco. Así que voy predispuesto de entrada.


Lo primero que me molestó era una vieja que hacía escándalo. No porque se quejara sino porque se quejaba con el pobre guardia, que es un empleado, que cobra por hora, que no toma las desiciones, y al que le decía algo así como que la fila era lenta por culpa de él.


Después, una señora que hablaba siempre desde el sentido común, Es decir, todo lo que decía lo decía desde una mirada muy acotada de la realidad. Afirmaciones del tipo :"Los pobres son pobres porque no quieren trabajar" "Que mal el gobierno tal cosa" "Los pobres son clientes del Gobierno, que vayan a trabajar". Que quedé claro: no me molestaba que se exprese, si que lo haga desde una postura cerrada.


Por último, un hombre de 40 y tantos años enojado. Pedía que vuelva el servicio militar obligatorio en la Argentina para que se solucionen los problemas de delincuencia juvenil, mostrando en su discurso un gran enojo, una furia incontenible.
Lo gracioso del hecho es que pedía el mismo servicio militar que fue abolido porque superiores mataron a golpes a un chico de 18 años y lo ocultaron después. Pero bueno, como él quería mandar "negritos"...


Finalmente me cobraron la tarjeta. Prometo pasarme de moroso, ser un deudor de primera y que el banco me haga juicio por no pagar si nunca más me vuelvo a ver emetido en uno de estos trámites.

Paz y bien.

martes, 13 de octubre de 2009

Melancolía

No me acuerdo cuantos años tenía. Pero le dedico está canción.

Pd: se dice el pecado, no el pecador. Espero que a la que esté dirigido lo capte.



Paz y bien.









Haria lo que fuera por mis dulces 16,
Y haria lo que fuera por mi escurridiza niña.

Le di a mi corazon un anillo de compromiso (osea que le dio alas a lo que sentia),
Ella se lo llevo todo
Todo lo que le di,
Oh dulces 16.

Construyan una luna para una mesedora.
Nunca me hubiera imaginado que iba a meserla (a ella) tan lejos de aqui.
Oh, oh, oh, oh.

Alguien construyo un castillo de dulce para mis dulces 16.
Alguien lo relleno con un cerebro de dulce.

Coro:

Bien, los recuerdos te consumiran.
Recuerdos que envejecen como la gente,
Y se enfrian como mis dulces 16.
Oh, Nena, lo veo, esta claro que ya terminaste todo aqui.
Oh, oh, oh, oh.

Alguien construyo un castillo de dulce,
Para mis dulces 16.
Alguien construyo una casa de dulce para que la habitara ella.
Alguien construyo un castillo de dulce,
Para mis dulces 16.
Alguien lo relleno con un cerebro de dulce.

Coro:

Si, Triste y solitario y melancolico.
Si, Resignandome a haberte perdido.
Como, Como crees que se siente
Si levantarme en la mañana, para resignarme.
en la mañana, para resignarme.
Azotar la lagrimas, resignarme,
Resignarme, resignarme...

Mis dulces 16
Oh niña fugitiva
Oh dulces 16
pequeña fugitiva.

Le di a mi corazon un anillo de compromiso,
Ella lo dejo todo
Todo lo que le di,
Oh dulces 16

viernes, 9 de octubre de 2009

Imaginando

Si todo sale bien, hoy sale la Ley de Servicios Audiovisuales. Significaría la ausencia de oligopolios, la libertad de opinión y más trabajo para los periodistas y los futuros periodistas.

Ante esto, me gusta escuchar una canción que no tiene nada que ver con el tema pero comparte el título: IMAGINATE de Silvio Rodriguez. Imagino lo que será el país a partir de esto.

Paz y bien.








Imagínate
que desde muy niño
te llevaba flores
te daba mi abrigo.
imagínate
que soy el amigo
de tu mismo grado
que lleva tus libros.
imagínate
que soy de tu calle
que siempre pasé
por donde miraste.
imagínate
que hasta mi perro
me busca en tu puerta
cuando me le pierdo.
imagínate
que eres mi dama
mi último sueño
mi más roja flama.
imagínate
que somos nosotros
tú y yo para siempre
que no eres de otro.



Fuente

lunes, 5 de octubre de 2009

Sin palabras...


Que ingratitiud la mía...que te valoro ahora que no estás. Fue una irresponsabilidad mía no haberte escuchado mientras estabas viva, considerarte ajena. Y ahora me mezclo entre los cholulos que te empiezan a escuchar porque ya no estás con nosotros, y eso es re "top".

Perdoname, y acepta mi humilde homenaje.










Tantas veces me mataron, tantas veces me morí,
sin embargo estoy aquí resucitando.
gracias doy a la desgracia y a la mano con puñal,
porque me mató tan mal, y seguí cantando.
cantando al sol, como la cigarra,
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente que vuelve de la guerra.

Tantas veces me borraron, tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui, solo y llorando.
hice un nudo del pañuelo, pero me olvidé después
que no era la única vez y seguí cantando.
cantando al sol, como la cigarra,
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente que vuelve de la guerra.

Tantas veces te mataron, tantas resucitarás
cuántas noches pasarás desesperando.
y a la hora del naufragio y a la de la oscuridad
alguien te rescatará, para ir cantando.
cantando al sol, como la cigarra,
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente que vuelve de la guerra.


Fuente

viernes, 2 de octubre de 2009

Tres tipos de personas

"¿Qué preferís? ¿Una casa con jardín, un perro, cerca blanca (de esas que se ve en las películas yanquis), dos niños morochos o rubios (no importa), un marido que te sea fiel (o al menos te haga bien el verso, como dice Miguel Mateos) y con un buen laburo con el que te mantenga? En definitiva, ¿una vida burguesa, libre de preocupaciones y llena de bienestares?

¿O preferís resignar todo eso, arriesgando la vida por otros, para que esos otros tengan una vida mejor?

En concreto, ¿que preferís? Una vida libre de preocupaciones y burguesa, con la familia de la casa propia y los niños? ¿O arriesgar tu vida por otros, incluso con riesgo para tu propia vida? Ah, me olvidaba: no podés elegir las dos, solo una. Son incompatibles."

Estaba en una clase de la facultad ayer cuando le plantee esta pregunta a una amiga. Eso muestra un poco como funciona mi cabeza a veces. Sucede que me acordé de una escena de una película argentina, Valentín, que relata la infancia de un niño en la década del 60.

El chico va a misa con su tío. Ese día es el que fusilaron al Che, por lo tanto sería en 1967. El cura (evidentemente tercermundista) da una charla haciendo referencia a las posibilidades que tuvo el Che de quedarse siendo médico en Argentina y prosperar, pero en vez de eso elije hacer un mundo mejor para todos. Y por eso paga un precio, la muerte.

Me vino a la mente esto después del fín de semana. El sábado salí con unos conocidos a la Costanera. Es una zona de Argentina de los más exclusiva (por lo menos para mi gusto), una zona turística. Restaurantes, hoteles y salones de fiestas caros son los puntos fuertes del lugar.

Ni hablar de la cantidad de oficinas que llenan esta zona. Edificios de oficinas inmensas, con fachada que impide reflejarse al sol. Vidrio polarizado, una muestra de lujo.
Por supuesto, si vivís ahí es porque tu nivel económico es muy muy muy muy alto.

A mí se me escapó un "ojalá el día de mañana yo esté en un medio y gane tanta $$ que pueda vivir en esta zona." Después, lejos del enamoramiento inicial, me pusé a pensar en eso.

No. No quiero eso para mi vida. No quiero lujo y gasto innecesarios, no quiero mostrarle a otros que soy mejor que ellos porque vivo allí. No lo quiero ni lo necesito. No me interesa tampoco. Prefiero elegir la opción dos.

En este mundo existen tres tipos de personas: los cagadores, los cagados y los que luchan contra los cagadores. Yo quiero ser uno de esos.

Paz y bien.