viernes, 24 de julio de 2009

Euforia!

Perdón por no haber publicado el miércoles. Estoy terminando de rendir parciales y a veces se me hace difícil escribir una entrada.


Hoy se produjo un hecho excepcional, la vuelta de Manuel Zelaya a Honduras. Excepcional es una palabra que no me gusta, pero la verdad es que estoy eufórico por este hecho.

Al mediodía estaba muy preocupado por esta situación. Me preguntaba que pasaría si el gobierno de facto derechoso decidía que la vida de Zelaya no valía la pena. Una parte de mí estaba temeroso de esto. Sinceramente tenía miedo de que esa posibilidad tuviera lugar.
Por otro lado, y si bien considero a los militares y a las facciones de derecha de América Latina (y del mundo) como imbéciles que se quedaron el el tiempo (pero que lamentablemente todavía poseen lugares de poder), dudaba de que se atrevieran a matarlo. La razón es simple: lo convertirían en un martir.


Una sonrisa me invadió el rostro cuando pude ver las imágenes de Zelaya pasando por los cordones miliotares, puestos para impedir su llegada. La escena levantando las cadenas me volvio loco. Es increíble que en estas épocas (donde el neoliberalismo nos vendió la idea de que las ideología habían muerto) un simple gesto pueda provocar eso. Pero es al mismo tiempo (el gesto y lo que provoca) la demostración de que las ideologías están más vivas que nunca. Y que, a pesar de todo hay esperanza de un mundo mejor.


La vuelta de Zelaya es también la demostración de la búsqueda de una América Latina mejor. Una América Latina democrática, que no se intimida ante las presiones de sectores fascistas y que se mantiene erguida, después de años de entrega económica, cívica y social. Es la revalorización de la LIBERTAD (así, con mayúsculas), de los gobiernos democráticos en desmedro de las viejas teorías militares de un enemigo en casa y (como es el caso) de una defensa de la Constitución por medios no constitucionales. Es la democracia en hechos.



Gracias Dios, por la vuelta de Zelaya a su país. Espero que no se quede ahí, sino que retome el poder y juzgue a los golpistas por traición a la Patria. Y que pueda llevar adelante las reformas que le costaron el puesto. Dale a este hombre la sabiduría que no tienen los golpistas. Y dale fuerzas para resistir si lo intentan matar o si cometen con él injusticia. Gracias Dios porque la esperanza no está perdida. Amén.

Paz y bien.

3 comentarios:

Anabel Botella dijo...

Si te digo la verdad he estado un poco desconectada de las noticias este mes. No es que antes viera la tele, pero estas vacaciones apenas sí la he visto. He oído algunas noticias al respecto, y por lo visto los amigos de Bush estaban detrás del golpe de estado. Esperemos que todo vuelva a la "normalidad", si es que se puede llamar así a la situación que viven ciertos países centro y sudamericanos. Me gustaría que pudiera haber una verdadera democracia del pueblo y no un gobierno con marionetas en el poder.

Saludos desde La ventana de los sueños.

diario dijo...

Hay que tener mucho coraje (por no decir huevos) o ser muy estúpido para volver. Me estoy informando a través tuyo, te confieso. Pero hay algo que creo saber hace rato -y como escribis es obvio que vos también lo tenes en cuenta-: el poder corrompe, pero bien usado (sabiamente, como ya dijiste) nos lleva hacia la LIBERTAD y las buenas costumbres. No hay necesidad de mártires ni de guerras, ya no... estamos en el Siglo XXI, hagamos cumplir los derechos que nos fueron legados por la historia, por esa generación perdida.

Un abrazo enorme Marc, hoy más que nunca fue un gusto leerte.

Fray Marcos dijo...

Gracias a los dos por sus comentarios.

Un abrazo. Paz y bien.

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